15.6.06

Sábado, Domingo y Feriado

Nada de lo que creemos que va a suceder se cumple en esas famosas escapaditas de fin de semana largo.
El viaje es funesto por donde se lo mire. La ruta repleta de autos apurados por llegar. Bondis de ¨larga distancia¨ colmados de pasajeros incómodos, intolerantes e indignados del olor que emana desde lo que los bondadosos llaman baño.
Con sólo pensarlo unos minutos no dan ganas de encarar el tema. Ya sabemos como es esa "escapadita": llena de inconvenientes e imprevistos que alteran el humor del más positivo de los pasajeros.

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De cualquier manera, y a pesar de todo, la gente sigue viajando. Sigue encarando el peor de los embotellamientos; o salen a la madrugada para que no haya tanto tránsito o salen a la tarde por la misma razón. ¿Qué tiene eso de escapada? Si salís temprano llegás cansado y dormís todo el día en una cama que no es la tuya, con una almohada que no es la tuya y con sábanas que huelen raro. Si salís tarde perdés el día, vivís de noche y al día siguiente ya tenés que ponerte a pensar cómo hacer menos tedioso el regreso. Hace más frío que de costumbre, gastás más plata que de costumbre y se te cambian los horarios. Además, volvés más cansado.
Lo cierto, es que nada de esto termina importando. Seguimos escuchando en los noticieros un número de cuatro o cinco cifras que describe la cantidad de personas que cedieron una vez más a ponerle el pecho a la situación y viajar.
¿Qué pasa? Pasa que uno subestima a la gente. Pasa que los que se quedan creen que los que se van son masoquistas y no es así. La gente viaja para cambiar la rutina, para mirar otro paisaje, para quejarse de otras cosas y tener la oportunidad de cambiar de canal por tres días. Bueno, menos de tres, pero quedémonos con la sensación colectiva de que son tres.
¿Entonces?
Entonces, la "escapadita", con todos sus defectos, tiene una función que cumple a la perfección. Viernes, sábado y domingo; sábado, domingo y feriado. Tres días, una oportunidad de desconectarse de los problemas diarios para conectarse con los de los fines de semana largo. Sigue valiendo la pena. Porque problemas va a haber siempre, lo importante es que cambien.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi lo que me gusta es estacionar en las avendias. Siento que por un rato el auto tiene chapa diplomática.

Anónimo dijo...

Sólo quería acotar que a partir de hoy se empiezan a alargar los días.
Así que quien quiera irse de escapadas, le va a rendir más la jornada.

De nada.