16.2.12

Mirá!

Cuántas hay? Cuántas son? Qué son? No sé. No sé si quiero saber tanto. No sé si quiero saber su constitución física y científica. En realidad, sí sé, no quiero saber mucho más allá de sus nombres. Con ustedes: las estrellas y yo.
Tenemos una relación de ignorancia mutua adrede pero sólo visible para quién no presta atención. Porque la verdad es que cada vez que miro hacia arriba y las veo, para mí están, siempre. Son como una especie de astro totalmente honesto, fiel. Si mirás, están, las ves. Igual que la luna. No, no están siempre que mirás porque a veces hay nubes que tapan. Pero no es que no estén, es que no las ves a causa de las nubes, ellas están ahí, siempre. Para mí me miran, me observan todo el tiempo, es como que soy re importante para ellas y no dejan de prestarme atención y cuando no lo están haciendo no es por ellas es por culpa de las benditas nubes. Ahora, es una elección de ellas "estar siempre"? Más que una elección vendría a ser una condición de su existencia lo cual hace que no es que SEAN fieles sino que uno les transforma su condición en fidelidad. Eso lo hacemos todo el tiempo. Le adjudicamos a las cosas adjetivos que en realidad deseamos que tengan y como no pueden respondernos ni protestar porque son cosas, así como determinamos que son, son. Digo yo, no es eso de lo que se trata un poco esto de existir? Nombrar o determinar cómo es el mundo para nosotros y ponerle nombres o etiquetas a las cosas, vivencias y sensaciones, y cambiárselo cada vez que una experiencia nos marca, nos tajea, nos revive o refresca?
Saben qué quiere decir eso? Que si yo digo que las estrellas están ahí para mí siempre que las necesito, ESTÁN AHI PARA MI SIEMPRE QUE LAS NECESITO! Igual que la luna. Sobre todo la luna llena. Le adjudiqué a la luna llena algo, no sé qué todavía. Pero la miro y me hipnotiza y me genera a veces nostalgia, a veces unión, me genera de todo, porque necesito que me lo genere, porque me gusta, porque me hace bien o mal. Es el poder de la imaginación lo que termina gobernándonos, fucking poder! Para bien y para mal.
Ahora, qué carajo tiene que ver todo esto con la banalidad de unas medias con estrellitas? O con las estrellitas que prendemos en Navidad? No sé. O con "las estrellas de Hollywood", tampoco sé. El brillo? Esa obligación que tienen estos laburadores de películas de brillar? Son "estrellas" de cine, "tienen" que brillar. Buoh, no sé. Esa es la maravillosa capacidad del ser humano de transformar una banalidad en algo místico, profundo y abstracto y, claramente, viceversa. Sobre todo, viceversa. Uy, cierto, soy un ser humano hablando de algo netamente astrológico, por lo tanto científico, y yo diciendo que me son fieles. Y bueeeeeeno, tengo una fascinación por la luna llena en igual proporción que por la contradicción.
Y cierro con una frase que me escribió mi tía en un cuadro que nos pintó a mí y a mi hermana: "Si de noche lloras por el sol, no podrás ver las estrellas..."

9.2.12

New

El olor a nuevo que tienen las cosas, los lugares, las personas que nos son nuevas. Lo nuevo tiene un aspecto de no usado nunca en las cosas y, sin embargo, en el fondo todos sabemos que pasó por un montón de manos y máquinas y todo eso... PERO lo acabamos de comprar y ES NUEVO. Los lugares nuevos, nuevos para nuestros sentidos y sentimientos, nuevas sensaciones dentro de uno. Nuevo. Nuevo bueno y nuevo malo. Hay realmente un algo nuevo que pueda ser "malo"? Porque al ser nuevo quiere decir que estamos experimentando algo que nunca antes. Eso, según mi cerebro, debería sumar. Digo, puede que se lo pruebe y no se lo desee más, no? Pero no deja de ser una experiencia más. La experiencia no puede más que sumar. No desear reincidir en eso que era nuevo y ya no lo es, puede pasar, pero ya se tiene una opinión formada sobre eso. Opinión impulsiva, apresurada tal vez en el peor de los casos, pero es como que ya te conocés más. Qué puede haber de malo en eso? Puede que eso que probaste sea nuevo pero nocivo y te guste. Sí, puede ser. Claro que puede ser. Pero de todas formas ya está, ya lo probaste. Ya sabés algo más. Y ahora toca aprender cómo salir, que también sería nuevo. Y si eso pasa muchas veces? Si volvemos a caer? A tropezar siempre con la misma piedra? Bueno. Acaso no es obvio? En cada intento hay algo nuevo. Y ahí está otra vez ese olor, esa sensación. También estea esa frustración conocida por la repetición del tropiezo pero déjenme decir que uno siente que hizo lo mismo otra vez, "ups, I did it again", y está sintiendo mal. Es imposible que sea lo mismo; sí, sí, imposible. Porque la frustración que generan esas reiteradas caídas en lo que sentimos como el "mismo" lugar es la que, hasta por ahí por cansancio o hartazgo, nos "obliga" a volver a intentar. Cuántas veces? Y, depende de la terquedad o necedad, que ya es más individual.
A veces pasa que esa experiencia nueva que se suma y que le suma a uno en sus gustos abre una puerta hacia otras cosas. Pero una puerta de qué tipo? Bueno, el tamaño de la puerta, claro, está en la capacidad de visión que se pueda tener y la amplitud de percepción y negación. Pero, podría jurar que hasta la negación suma. En la vida hay que sumar, sumar, sumar y parar. Y elegir con qué quedarse. El tamaño de la puerta en primera instancia no importa. Importa que apareció una puerta. Si hace mucho tiempo que no sumás, is fucking time to, darling! Si hace mucho que no parás, lo mismo: es hora. Cuándo parar? Cuánto sumar? Y... no lo sé. Pero son un "must" en la vida y son como el "pido" en la escondida, que está ahí, al absoluto servicio nuestro, pero nunca dejará de ser opción de uno usarlo o abusar de él. Tarea de uno arrancar. Tarea de uno parar. Tarea de uno reflexionar y quedarse con algunas cosas y desechar otras. Y sí, árdua la tarea de vivir. Pero no por árdua es trágica. La comparación es necesaria sino todo nos daría igual y ahí si ya, realmente, se complica. Pero se complica por la simplicidad, por lo chato de que sea, sepa o luzca todo igual. Por eso necesitamos provocarnos cosas nuevas, para sentir que nos movemos y al movernos, sin dudas, aprendemos.
Ahora se dan cuenta por qué me gusta tanto ir de shopping??????
Mis argumentos para reivindicar el "ir de shopping", me estoy dando cuenta que son inacabables. Cuánto más se puede intelectualizar algo TAN trivial? Ufff, ni se imaginan, creo que la misma cantidad de veces que pensamos que necesitamos movernos o cambiar y no lo hacemos.