19.12.06

Me di cuenta que había Crecido

Pierdo la paciencia fácilmente, pero tengo mucha paciencia.
Creo que el grado de paciencia tiene mucho que ver con lo que le genera la otra persona a uno y pasa; mágicamente, de un momento a otro, uno pierde la paciencia. Es un segundo, milésimas de segundo y casi que ya no hay vuelta atrás. Pienso que uno muestra la hilacha cuando pierde la paciencia. Surge toda la ira interna y se descarga en un maldito teléfono, en una vaso que se rompe, en una portazo, en un grito, en un comentario hiriente o descalificador, en una puteada. Muchas veces estoy buscando algo a la mañana, apurada, llegando tarde como siempre: dónde carajo están las llaves?! Eso es lo primero que me sale después de buscarlas durante diez minutos que parecen veinte.
Cuando cruzo palabras o discuto con alguien demasiado paciente me encanta llevarlo al límite y verlo perder la paciencia, es una de las mejores maneras de conocer lo peor del otro.
Controlarse y alargar la paciencia hasta donde más se pueda es un ejercicio al que me he entregado estos últimos años. La técnica que más uso es contar hasta diez y decirme a mí misma palabras como: tranquila, no te alteres, controlate. Pero, de repente, siento un calor que me empieza a subir por el cuello hasta las mejillas y juro que siento que saboreo la ira, sobre todo cuando estoy sola y no hay nadie que me juzgue o tilde de loca. Y cuando logro descargarme y la descarga es cada vez más leve porque la técnica me funciona, me doy cuenta que estoy grande.
Estas son pequeñas cosas que dan la pauta de que he crecido:
Cuando me di cuenta que tenía miedo de salir sola a la calle después de las 12 de la noche.
Cuando dejó de darme terrible vergüenza que se me vea la tirita del corpiño.
Cuando empecé a usar el término "trasnochar".
Cuando me empezaron a preocupar mis uñas.
Cada vez que me doy cuenta que pienso cada palabra que voy a decir.
Uf, son muchas, eso es lo que más que hizo dar cuenta que había crecido.
¿Cuándo te diste cuenta que habías crecido?

11.12.06

Los Pasos

Están los pasos de baile.
Los pasos que uno da en la vida para pasar de una etapa a la otra.
Los pasos al caminar por la calle.
Y los pasos para hacer un blog:


Paso 1: pensar para qué tendría un blog si no sé qué decir.

Paso 2: sentirme adulada cuando me preguntan: para cuándo tu blog?

Paso 3: pensar un nombre para el blog.

Paso 4: pensar qué escribir.

Paso 5: seguir pensando qué escribir.

Paso 6: escribir un post que releí tres meses después y no entendí qué quise decir.

Paso 7: escribir algo divertido.

Paso 8: escribir algo.

Paso 9: escribir lo que tengo ganas sin pensar en hace cuanto que no subo nada, ni si es divertido ni si ofende a alguien. La opción de no entrar es para todos.

Paso 10: todavía no llegué a ese, 10 en nada.

4.12.06

Juicio a Mi Cerebro

Sí, loco. Lo estuve pensando mucho y la verdad es que no quería tener quilombos legales pero ya no quedan más opciones. Ya es como la cuarta vez que me lo hace. Ya no más. Hay que ponerle un límite o se va a quedar con toda mi vida!
Ya tengo todo preparado: en primer lugar una declaración jurada de dos renglones donde relato toda mi noche de ayer:
"hola, cuánto es la entrada? gracias. qué buena musica. qué buena musica. qué buena musica. hola? hay alguien ahí? Sole llamando a cerebro. Sole llamando a cerebro. Biiiiip:"toy en otra, dejá tu mensaje después de la señal" ." (y firma)

Y, además de la declaración, también preparé un reclamo intimando a que me devuelva el día de ayer. No recuerdo nada. Quiero saber dónde están! Dónde se llevaron mis recuerdos! Quiero ya esas cuatro horas que no recuerdo! Me robaron! Me estafaron! "La cinta Gonzalito, la cinta!!".
Claro, el señor cerebro le ordenó a mi mano que saque plata del bolsillo, que le diga al barman, "somos tres, queremos tres tequilas" y que me tome todo el shot. Eso es abuso de poder. Eso es demagogia señores!!!
Pues, ya ven. Estoy recaudando más cargos en su contra. Para eso, me he puesto a disposición de ella, la diva, la más preciada y sobrevaluada: Cito a declarar... a la memoria.