30.10.07

El discurso por si gano un premio y no me entero.

Hoy estoy como compungida. Compungida pero bien. Movilizada. Esta bueno sentirse movilizado. Te hace sentir más humano y menos máquina en materia de constitución digamos.
Por eso, hoy tengo ganas de agradecer a las personas que formaron parte importante en lo que voy de redactora paga.
Primero que todo a mi viejo: mi oráculo, mi libro de consulta, el consejero más objetivo que haya conocido. Después y en orden de aparición, JuanoK. Que me impulsaste, me incentivaste, me abriste la puerta y me generaste la oportunidad de tener una entrevista con quién me la dio: GustavoR. Gus, quiero que sepas que de vos tengo frases bien guardadas como: "en las duplas creativas se construye desde el "no" y debería construirse desde el "sí"." Igual, hiciste que se me llene el traste de preguntas con tantas indagatorias sobre lo que quería de mi profesión, y eso también me lo acuerdo bien, y también estuvo bueno. Las charlas en la pecera esa eran raras. Y de charlas raras estaba llena mi vida en ese momento con MarianD, por ejemplo. Que un día casi me tuvo que convencer de que no me vaya de la agencia, que tenía que ponerle garra, que él creía en mi, que yo podía y eso que sólo era una simple traineé bañada en llanto de verguenza y desilusión sobre sí misma. Gracias Marian, dijiste las palabras que hacían falta. Además de toda tu paciencia para soportar mis irreverencias y de tu carácter para señalarme el camino. Camino que me llevó a tener que prescindir de vos y tenerlo a WalterA sembrando confianza en una recomendación que me arrastró a la televisión. Walter, quieras o no, te podría haber salido muy mal esa recomendación, te jugaste y me ayudaste a arribar a un puerto que ni conocía, ni imaginaba. Pero antes de pasar a la tele, hablemos de los que soportaron mis inseguridades minuto a minuto dentro de la agencia: NicoGC y FerZ. Uf! Sin palabras amigos. No sé qué hubiera hecho sin ustedes dos. Jackie me diste la mejor sonrisa que pude haber recibido mi primer día en una agencia de publicidad, cálida y generosa de principio a fin. Gracias Jackie.
GiseW, la que me entrevistó y me tomó. Wow! Qué paciencia mujer! Me enseñaste a la fuerza a entender que "esto es tele por cable". Gracias por tu persona tan linda, gracias por soltarme la mano de a poco y, sobre todo, por confiar. Como CorinaC, que habló poco y cuando habló, me dijo la posta. Como AndréT. Ja! Taked, que persona increíble que sos. Te voy a extrañar como la puta que lo parió. Mi hermano, MareaFP, pfff. Inseguro + inseguro = sale como trompeta. Bro, tu apoyo en cada intermedio de todo esto fue un inyección de coraje hacia el vacío pero tomada de tu mano en el instante preciso en que el te necesité. No te relajes, esto todavía sigue. Sorry gordo.
Y claro, como no terminar con quién, en última instancia (o en primera?), me hace estar en esta situación, sentirme agradecida, hacer un parate, mirar hacia atrás y recapitular. Quién trazó este puente entre el presente y el futuro: FerF. Fer, thanks again.
And thanks again to everyone. Ninguno de todos los que nombré desconoce mi agradecimiento antes de hoy, pero no tienen ni idea de la magnitud de tal agradecimiento. Igual, no leen este blog, así que, que se curtan, tampoco se van a enterar!

23.10.07

Lost things.

Una de las cosas que más me hizo dar cuenta que el proceso de crecimiento ya era irremediablemnte inevitable fue cuando perdí lo más lindo que tenía y que no sabía que lo tenía, como todo.

Dejás de creer en el ratón pérez, en papá noel, en los reyes magos, en qué mas?

Digo, en el momento en que lo descubrí me sentí reeee piolaaa mal. Soy una genia, ya no me pueden engañar más! Pero después me di cuenta que quería volver a pensar en papá noel. Qué es dios sino un gran papá noel al que le pedimos cosas, favores, le escribimos "cartas de agradecimiento o pedidos" llamadas oraciones. No es más que eso. Peor aún, es darte cuenta que ya ni siquiera podés creer en un dios. No creés. No creés más. No sé, me di cuenta que no vasta ahora todo eso, que necesito otro papá noel que sea distinto al de todo el mundo y con otro nombre. Y que te queda? Y, te queda creer que ok no es un "dios" como lo llama la tercera parte del mundo pero "es algo superior a nosotros". Ese creo que es el afán por aferrarse.

He perdido tantas, cientos, miles de cosas. Perdí el regalo de mi primer novio en un colectivo, perdí el vuelto de los puchos que era el billete más alto y por eso me perdí mi primer excursión al planteario. Perdí momentos increíbles que me los cuentan y me quiero morir. Perdí grandes oportunidades, perdí cada vez que elegí, sigo perdiendo cada vez que elijo. Sí, claro, pierdo y gano, sino no elegiría eso, pero pierdo algo que no sé que es. He perdido liquidaciones increíbles!!! De esas que decís: "pero que pelotuda!!! Seguro que había por lo menos 6 de mi talle y me perdí las 6! Ma´sí, me queda grande pero sólo yo lo sé... me la llevo."

Y así, me he sentido triste por tener la primer cosa que estaba totalmente "in" en la secundaria, un pañuelo azul con arabescos, y lloré todo el día. Terminé en rectoría explicándole al Señor Rector que no quería que me compre otro, que quería el mío. Sí, sí, en secundaria, en primer año, y qué? También escuchaba a Montaner y me copaba. Qué tristeza sentía ese día. Había ahorrado para poder comprarme mi pañuelo re in azul de arabescos y lo perdí (así como también la posibilidad de pertenecer a algún grupo social, no?).

Perdí que mis papás vivan juntos para siempre. Perdí dos abuelos. Perdí el bondi varias veces. Pero nunca, nunca, nunca, nunca me sentí tan hondamente triste como el día en que me di cuenta que había perdido eso a lo que sin darnos cuenta buscamos aferrarnos y ya es irrecuperable: la inocencia.

Te tiene que pasar.

Los seres humanos somos un conjunto de ciclos. No sólo por esto de "nacer, crecer, reproducirse y morir." No. No sólo por eso. También somos ciclos que van cambiando constantemente en función de las cosas que nos van pasando. Eso hace que atravesemos diferentes etapas que se repiten una y otra vez en el resto de los humanos. En amigos, en familiares, en amigos de amigos. Cuántas veces viene un amigo con un problema, me lo cuenta, lo escucho y me descubro en ese amigo. Eso que me está contando a mi ya me pasó. Cómo explicarle qué es lo que tiene que hacer; qué es lo que le puede llegar a funcionar; cuáles son los caminos que no le conviene agarrar e intentar facilitarle o ahorrarle ciertos pasos que son inútiles y que, tal vez, uno con su experiencia puede lograr evitarle sufrimientos? Hace tiempo, y después de vivenciar muchas de este tipo de situaciones, donde uno ve tan clara la solución, descubrí que los casos en los que se les puede ayudar son contados con los dedos de un pie. No porque no se dejen ayudar sino porque descubrí que la mayoría de las veces no queda otra que dejarlos transitar por ese sufrimiento. Es terrible porque yo ya sé por todo lo que van a pasar: se van a pinchar, se van a caer, les va doler como la mismísima mierda, pero la única forma en que van a tomar fuerzas para tomar la decisión que ellos mismos tienen que tomar, es transitándolo. Es lo que debieron pensar nuestros padres cuando nos vieron caer a pesar de que nos aconsejaron que no agarremos ese camino porque había pozos profundos. El rol de observador o el de "yo te avisé" son desesperantes.
Por eso digo, los humanos transitamos casi exactamente el mismo camino, todos, sí, el mismo. Todos pasamos por el mal de amores, por la confusión, por la desilusión de algo que podía cambiar nuestras vidas y no se dio. Un trabajo, desear un hijo, añorar un viaje, comprar esa casa que ya se vendió sin que sepas o creer que habías conocido al amor de tu vida y ya ves, no eras lo mismo para esa persona, o no lo sos más.
Todos pasamos por ese momento en que odias a tus viejos, te parece que no entienden nada y que, además, nos va a pasar con nuestros hijos! Al menos al que los tenga. Te va a mirar y se va a reír de que escuchabas a los Rollings Stones o a Soda Stéreo o a Jamiroquai. Sí, ok, vos lo vas a mirar con ojos de experto y sin decírselo vas a pensar: "no importa cómo se llame esa chica que te está haciendo sufrir. Rocío es la que me hizo eso que te están haciendo a vos. Hasta por ahí sea la misma que mutó y cambió de nombre. Yo sé perfectamente por lo que estás pasando."
Todos pasamos por las mismas situaciones aunque nos guste creer que "eso" sólo nos está pasando a nosotros, es único y nadie puede entendernos. Nadie. Ni tu mejor amiga. Nadie.
Qué buenos y qué mierda son los años. Nos hacen perder la inocencia y nos hacen adquirir experiencia. Y la próxima vez que te quieran hacer sufrir o la vida, acostumbrada ya, te llene de momentos llenos de desilusión, te vas a reír más pronto que la vez anterior. No hay mucha vuelta con esto, es así.
Y qué onda con la gente que puede levantarse y seguir fácilmente? A los que parimos las desilusiones como si fueran hijos y las criamos a medida que crecemos y maduramos, nos da bronca, mucha bronca ver a los que parecen salir airados de las mismas situaciones que nosotros sufrimos tanto. Bueno, eso ya es una cuestión de personalidades.
Por ejemplo, ya sé que para los mal de amores no hay palabras. Chicos, les ahorro el laburo, no hay palabras, no hay consuelo, no lo intenten. La mejor receta es: escuchar y ya. Escuchar, hacerles las preguntas que nunca se harían y listo. Las frases como: "bueno, es una cuestión de tiempo", "el tiempo lo cura todo", "dejalo, ya va a volver con el rabo entre las piernas a rogarte que vuelvas". Nada, nada de eso sirve. Sí, hay que decirlas pero uno tiene que descurbir el verdadero peso de las palabras y decirlas con la liviandad que la situación amerite.
No saben las veces que pensé: "cómo le explico que no va a volver nunca más, que ya está, que se olvide, que el sentimiento desapareció?". Y eso no es todo, antes del "cómo decirlo" pienso "se lo digo?". La ví con otro, se lo digo? Lo ví besando a otra, qué hago??? Y acá hay dos cosas que aprendí con el mayor de los maestros, el tiempo, y es que: 1) ahora pienso el cómo, pero decir se lo digo "no te quiere más, no lo vas a entender de acá en mucho tiempo, no busques explicaciones donde no las hay. Mantené tu dignidad intacta, no te arrastres, va a ser peor"; 2) si lo/a vi con otra/o hay taaaantas cosas que importan que la decisión es difícil. Pero tengo una fórmula guardada si veo que hay amor y es que "la fidelidad es una cuestión cultural, mirá a los turcos." Ojo, aclaro que soy occidental, no paso esas cosas por alto ni estando en coma. De cualquier modo, las cosas decantan por sí solas, es muy difícil superar eso sin sacrificar parte de la relación. Un vidrio roto se puede pegar pero nunca va a quedar igual. Y, créanme, las relaciones humanas son como cristales. Depende con qué cristal se miren las cosas, o cuál use cada uno para mirar la vida, pero somos todos cristales.
En fin, por más que queramos, el amor no es eterno, siento desilusionarlos, pero depende de uno cuanto dure y ni siquiera uno dura forever.
Ser verdaderamente amigo de alguien es una tarea nada fácil. La sinceridad es la mayor de todas las crueldades. De crueldad está hecha la vida. Pero por suerte es por ciclos.
Estás en un mal momento? Uff, qué bueno!!! Siempre esa es la peor parte, el resto de lo que venga es mejor. No es demostrable aunque existan hechos. La sinceridad es lo más. Pero, como siempre digo: te tiene que pasar.

9.10.07

Un domingo "cualquieeera".

El otro día hubo un partido de esos "superclásicos": river vs. boca.
Bueno, me quedé sola en casa, puse una radio que se escuchase bien y puse en la tele esa especie de partido que te cuentan con las caras de la gente en la tribuna de las canchas.
Ustedes no se imaginan lo divertido que fue ver eso y lo terriblemnte aburrido que fue verlo sola y no poder compartir los comentarios que se me ocurrían con nadie. Por suerte tengo un blog.
Enganché un canal que a cada rato hacía planos cortos de los hinchas. El ejercicio mío constaba no solamente de armar un catálogo de personalidades viendo las caras, los gestos y la vestimenta de los asistentes sino también de imaginar las razones por las que no se transmiten esos partidos.
Me detuve mirando a uno que observaba nervioso el partido, era un hincha de river que se colgó como tres minutos y medio metiéndose los dedos en la naríz. Pero se los metía groso, importante, no le daba la naríz para tanto dedo, era increíble. Otro, parado, agitando que se rascaba los genitales con insistencia preocupante, tanto que me hizo acordar al comercial de Empecid. En eso los camarógrafos se colgaban enfocando a dos chicas, con gafas oscuras que lo único que hacían era charlar. Eso me indignó. Hace falta ir a la cancha para contarle que te dejó plantada el viernes porque se fue con los amigos y que el sábado no quiso ir al cumpleaños de tu abuela porque tenía una resaca tremenda? Digo, estás en la cancha. Saltá, gritá, hacé catarsis, si igual lo vas a ver mañana y lo vas a volver a perdonar.
Había uno que lo saqué de toque: en cuero, con anteojos de sol, sentado con perfecta y molesta postura sin mover sin un centímetro de su cuerpo. Ese fue a la cancha a tomar sol.
Los mejores son los que agarré al vuelo puteando al árbitro, al jugador o al mismísimo dios, vaya uno a saber. Son puteadas de un instante, levantan la mano enajenados y al toque se sientan como si nada hubiera pasado.
Vi un señor de las lomas de San isidro con pantalón pinzado y camisa celeste cielo; estaba parado inmóvil en su posición, manos agarradas por detrás, repito, inmóvil, no movía ni las cejas, me asombré. A su lado estaba la famosa situación: "Por qué no te llevás a la nena a la cancha. Yo tengo peluquería, té canasta y coro en la iglesia a las 6." Una nena de unos siete años estaba al lado, más aburrida que disfrutando de su papá que no le dirigió la mirada nunca, cual hija no reconocida. Y si no fue esa la situación nunca vayas a la cancha con esos abuelos que nunca te dieron bola, mucho menos te la van a dar en la cancha viendo un river-boca.
La mejor de todas. La diva, sentada con las piernas cruzadas, muy linda, vestida super casual, sin anteojos de sol y con una simpatía que daban ganas de ser ella, hablando por celular y saludando a la camára; cada dos saludos con su brazo alzado tiraba besos, me cayó tan bien que hasta deseé conocerla nada más que para decirle: "te ví! te ví! yo te ví saludando!".
De cualquier modo, grité gol dos veces, pero grité como cuando uno está sólo mirando un partido: un grito seco, cuasi reprimido y gozador, onda "chiva calenchu", mientras le mandaba mensajes meramente informativos a mi viejo que le tocó laburar: "gol!" / "penal xa river" / "Atajó! putamadre" / "2 a 0!" / "entretiempo" /"Minuto 44!".
Qué al pedo que estuve el domingo, por dios.

6.10.07

Piso 13

Las sensaciones tienen etapas y en algún momento es como que se hacen realidad.
Uno tiene la sensación de algo durante mucho, mucho tiempo y llega un día en que deja de ser una senación para ser como una especie de certeza.
Hace pocos días cumplí tres años de trabajar donde trabajo. La primera vez que paso tanto tiempo en un mismo lugar haciendo lo que me gusta hacer: escribir, inventar.
Ayer hablando con mi primo me dijo: "Bueno, esta es una nueva bisagra en tu vida, no?" Sí, es exactamente así. Qué se siente llegar? Wow, se siente reconfortante maaaal. No hablo de llegar definitivamente a algún lugar. Hablo de llegar a ser alguien que importa que se vaya. Hablo de ser valorado por lo que hiciste, por lo que diste y por todo lo que pusiste.
En definitiva no es más que un cambio de trabajo. Sí, me cambio. Pero de repente las horas de cada día, desde que sé que me voy, cambian. Son iguales a las pasadas pero no tanto. Es como cuando la gente te cuenta: "Sentí que me salí del cuerpo y me vi desde arriba de la habitación. Me vi ahí tirado en el piso." Siempre me pareció muy gráfico eso. Me lo imaginé como si de repente uno se trasnformara en la lamparita de luz que está en el techo pero con ojos y la visión desde ahí arriba es amplia, abarcadora y tan clara. Estoy ahí, trabajando aún hasta fin de mes, y estoy a full, con muchas cosas para resolver todavía que en cierto modo siguen dependiendo de mí, pero ya con una fecha de vencimiento. Es un flash. Veo a mis compañeros, a los nuevos, a los viejos porque hay más nuevos que ellos y a los que empezaron poco tiempo después que yo, que somos los más antiguos. Veo los juegos diarios y efímeros, los comentarios de cada uno, los gestos, es casi como si lo viera en cámara lenta. Veo todo desde un lugar abarcador, amplio y claro. Desde arriba, desde abajo, desde donde sea, pero logro ver todo. La cultura, el folklore del lugar, su gente. Los termos de mate al lado de las computadoras. Miro el clásico desorden de planillas que acompañan con tanta fidelidad al resto de "mis cosas"; grillas con anotaciones grandes y en flúo para que no exista posibilidad de confundirme o pasar por alto esa información, un vaso de agua de ayer, cartelitos con teléfonos muy largos que ya no voy a usar.
Tuve muchos trabajos antes de hacer lo que me gusta y en ninguno tuve esta "sensación tan certeza" de: me voy. Y creo que eso tiene que ver con la cantidad de cosas que pasé en este lugar poniendo toda la actitud posible por conseguir que las cosas salgan a tiempo, o estén tan buenas como nos las imaginamos, pidiendo favores a mansalva: "Dale, no me hacés este cambio?, es un toque, lo tengo que mandar hoy sí o sí."; o llegar a ese estado de responsabilidadnervioshisteriapérdidadetiemposoberbiaprepotenciaimpulsividad como para gritar: "estoy rodeada de inútiles!" Sé que fui insoportable, lo sabía en el momento en el que pronunciaba esa frase también. Perdón, soy horrible escondiendo defectos, nunca pude evitar ser yo.
Los momentos más "felices" siempre tuvieron que ver con la masividad. Quiero decir, estamos en un lugar abierto, con mesas largas y máquinas una al lado de la otra, lo llamamos "cyberfox: pasá por la uno", y los comentarios se hacen por encima de todo, como en voz alta y para todos. Y cuando uno de mis comentarios genera algo en muchos, ese es un momento "feliz". Un chiste, un cometario controvertido, criticar sin tapujos a alguien adelante de todos y encontrarme con que muchos piensan lo mismo aunque no lo digan, escupir un pensamiento desubicado y que todos no puedan creer la barbaridad que acabo de decir. Por eso hago lo que hago o elegí lo que elegí hacer. Porque generar un mismo sentimiento, una misma sensación, una misma risa en muchos me pone la piel de gallina.
No sé cuán concreta pueda llegar a ser con esto. Ya ves. Creo que la descripción de infinitas situaciones habla de lo que he vivido dentro de este lugar. Donde pasé por miles de estados, incluyendo "querer irme a la mierda, no sirvo para esto", y terminando por entender que mi orgullo no me permitiría nunca irme sin haber "dejado huella" con mi trabajo. Wow, qué largo se hizo este post. Qué bueno que estuvo no entender nada, qué bueno que estuvo aprender, qué bueno que estuvo crecer, qué increíble que fue sentir que "lo dejaban en mis manos" o que me digan "confío en vos, hacé lo que quieras." (André: fuckin laviu!)
Wow, qué difícil se me hace irme. Nunca me pasó tan intensamente. Wow, me voy. Qué triste y qué bueno que está irse. Wow, qué nervios tengo de lo que viene.
Wow, qué bueno que estuvo ser del piso 13 y de ningún otro. "Aguante" las ganas de inventar, "aguante" la iniciativa, "Aguante NOVEDADES maaaaaaalllll!!!!"