31.3.10

El elegido

A ver si lo dejamos claro de una buena vez por todas: el elegido es cada uno! Vos mismo, yo misma, ella misma. El elegido para cada uno es cada uno. Así debería ser, pero, qué pasa, para elegir algo primero hay que conocerlo y la gente, no toda, pero mucha tiene miedo de conocerse, de mirarse, de analizarse, de verse y de reconocerse. Verse reflejado cuando alguien discrimina y darse uno cuenta que piensa igual, reflejarse en una respuesta irónica, del mal trato, de rechazo, de soberbia, reconocerse en desconocidos, en amigos, en familiares, en personajes de película, en la televisión. Y todo empieza cuando queremos ser otros. Queremos ser Kate Moss, Alpacino, Brad Pitt o Vasily Smyslov (quién, además, murió hace cuatro días). Y como uno no se conoce en su totalidad y se va descubriendo según las ganas que le ponga y las experiencias que enfrenta (elegidas o no), hay que testearse. Yo empecé por preguntarme quien fui. Pero no "quién fui" de quién era yo en el pasado sino quién quería ser yo cuando era chica. Me acuerdo que elegía en los Thundercats a Cheetara; La mujer maravilla, obvio. Las sigo eligiendo a las dos. En V invasión extraterreste era Jane, rebelde y con actitud (y linda, obvio, ya que elegía). Tenía cierta admiración por la decisión de Diana, pero como era "mala" no me dignaba a ponerme del lado del mal. 100 x 100 segura que en algún momento quise ser mi mamá y también mi papá. No ellos, sino como ellos. También me cambiaba el nombre cuando jugaba: carolina y mariana eran mis favoritos.
Y lo que me di cuenta pensando en esto es que nunca elegí ser una de las malas. Nunca (y acá sí afirmo un "nunca" porque es algo que ya pasó, no se puede modificar). Siempre buena. La gente mala me cae mal. Pobres porque en realidad es solo una cara, esa persona seguro tiene un lado bueno solo que uno no se lo ve o por falta de oportunidades o por falta de tiempo o de ganas. Pero bueno, volviendo, me preguntaba quién elijo hoy? Y sabés que no sé a quién decir. Pero lo bueno es que me conozco más que en aquel entonces, conozco más mis defectos, sé las cosas que puedo cambiar y las que no se van a ir de mi hasta que yo no me vaya. No todas. O no sé. A veces ese bendito tiempo que es acreedor de todas, te regala respuestas sorprendentes. Ahora uso animal print, que lo odiaba. Uso dorado, que lo odiaba a muerrrte. Que se yo. La cabeza se te va moviendo, o te aburrís de algunas y querés sumar, jugar; o te cansás de hacer siempre las mismas cosas o cerrar las mismas puertas y entonces las abrís; o todas esas opciones que estás pensando, cada uno con cada uno. Nunca es una sola cosa. Pero claro, me di cuenta de otra cosa interesante: siempre supe que no quería ser "mala". Y eso también lo sigo eligiendo. Como también elijo no ser muchas cosas. Se lo que no quiero ser... pienso que es un buen comienzo en tanto y en cuanto no sea "comienzo" por mucho tiempo más.