Esos pequeños momentos colmados de alegría, por más insignificante y superficial que sean, son la felicidad.
Por lo tanto, hace dos minutos estuve felíz. Entré al homebanking de mi cuenta bancaria, pagué las facturas por vencer y le hice una visita al último resumen de mi tarjeta de crédito: qué felicidad, por favor! Tengo al menos 5 planes de cuotas que terminan este mes! Nunca fui muy fanática a las tarjetas de crédito, por eso tampoco tengo tanta experiencia en el tema. Pero leí cuota 06/06, cuota 04/04, cuota 02/02, cuota 03/03 fue realmente mágico, mágico y nuevo. Eso quiere decir que cerré pequeños ciclos en mi vida. Hay algo más placentero que eso? Sí, por supuesto que sí, pero este es nuevo. Nuevo, insignificante y superficial. Pero nuevo al fin.
2 comentarios:
Qué mayor felicidad que encotrar 50 mangos en un pantalón un día 28?
O que alguien te diga algo lindo un día en que la autoestima se quedó durmiendo en casa (lástima cuando nos damos vuelta para ver quién lo dijo, no?).
No matter what sean felices, carajo!
Como buena mala que soy voy a hacer mi comentario hacerca de las pequeñas e insignificantes desgracias ajenas... la desgracia ajena te llena los pulmones de una risa que tarde o tempnano fluye a carcajadas. Creo que uno en el fondo se rie de uno mismo, al darse cuenta que no es el único pelotudo al que le pasan, pero como explicar esto al desgraciado en cuestion... Seguiremos siendo consideradas malas personas.
Exelente la felicidad de un piropo en un dia de baja autoestima, esa felicidad puede cambiate un dia entero y hasta en algunos casos una semana, que para lo fugaz que es la felicidad no es poca cosa.
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