16.9.06

Neuronas Sindicalistas

La cosa es que trabajo en un lugar donde las cosas se hacen por adelantado para estar a tiempo. Así, estamos en septiembre y yo estoy trabajando para lo que va a salir en octubre o noviembre y a veces diciembre. Diciembre, un mes que me hace pensar en tantas cosas: navidad, familia, algo de falsedad, saludos generalizados, regalos, fin de año, festejos, olvidos, y esto es poco. Pero lo cierto es que al mirar el powerpoint que me dieron en el trabajo sobre el mes de diciembre en lo que más pienso es en lo que falta para las vacaciones.
Después de muchos o pocos años de trabajar en gran variedad de rubros y puestos, este es el primero que le exige a mi mente vacaciones.
Eso me deja dos opciones: cambiar de trabajo o dejar de pensar.
Igual, en esta época del año todos solemos pensar en vacaciones.
Cuándo me las tomo para que me rindan más? Es mejor tomárselas tipo en marzo para amortizarlas a lo largo del año?
La verdad es que a mí siempre me dio lo mismo. Para mí lo importante es tomármelas no cuándo tomármelas.
Y, mientras miro los zapatos de una señora en el subte a la que nadie le dio el asiento, arrancan las preguntas: Adónde voy? Con quién? Cuánto tengo para gastar? Pago las clases de pilates igual para no perder el lugar? Playa o montaña? Y si me voy sola? Me voy los quince días al mismo lugar? Esta es 9 de Julio? ####! Me pasé y llego tarde otra vez!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizás puedas cambiar de laburo; dejar de pensar, lo dudo...
Ampliá la percepción, gallega-amiga! Se te quiere y mucho. Sabelo.

Anónimo dijo...

opa pablens!!!!!!!