25.12.15

Merry Family

La oportunidad de renovar votos con uno mismo hay que aprovecharla.
Después de todo lo que uno se miente, o se engaña, o se deja estar, se ignora básicamente; hay que aprovechar.
De las cosas que más debe hacer la gente por estos días ademas de chupar es hacer un balance, pensar, reflexionar casi sin opción.
Nublar la mente con bebidas espirituosas. Pensar. Nublar. Pensar. Nublar. Pensar. Comer. Pensar. Comer. Nublar. Pensar. Nublar. Pensar. Nublar. Pensar. Nublar. Pensar. Y encontrarse con la familia. Y observar a la familia. Y disfrutar.
Si uno no puede ser uno mismo, con todas esas cosas desastrosas que pienso y nunca digo pero ellos todos saben que lo que pienso, porque nos conocemos hace mucho tiempo, y eso... esta buenísimo. Pero eso está buenísimo siempre; no es algo que me devolvió el tiempo, eso uno lo sabe cuando es chico también. Estás ahí, con tus cortos 13 años queriendo que sean 20, esos granos amenazando desesperadamente con salir y las hormonas que no se entiende bien hacia dónde quieren ir, y tu familia te mira y te quiere igual. Con tu mal humor, y esa indiferencia típica de la adolescencia y tu familia ahí, preguntándote que estas escuchando en esos auriculares o si ya terminaron las clases o si te llevaste alguna... para intentar entrar en tu mundo horrible y confuso. Tu familia está ahí, siendo. Uno lo sabe, se da cuenta a los 13 también y a pesar de no poder evitar ser quien uno es y encima en la adolescencia, los queremos. Y los queremos ahí, viéndonos. Y viene un primo y te gasta con lo de los granos. Y viene otro y te pregunta con quién chateas... y te gasta. Y así. Una cotidianeidad divina que se vuelve vicio con los años. Te encontrás, sabés exactamente todo lo que va a pasar y QUERES que pase. Porque además de divertirte... te sentís a salvo.
Feliz Christmas.

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