18.12.15

Lo que el tiempo me dejó

Me acuerdo que cuando cumplí 29 o 30 años pensé que la verdad es que estaba igual que a los 24. No hablo físicamente, digo en experiencias, no sé. Seguía queriendo lo mismo. Mis deseos eran los mismo que a los 24.

Después me fui de viaje. Después volví y ya era definitivamente alguien con casi 32 y ahí, exactamente ahí, arrancó mi adolescencia. Brillante. Hacía lo que quería, a la hora que quería, vivía con mi viejo que me cocinaba, no me controlaba, yo me pagaba mis vicios, era feelencer, mi mejor sueldo fue en esa época y en una de mis ciudades favoritas de todas las que conozco: Buenos Aires. Encima, para mejorar el panorama tenía una amiga freelancer como yo y fue bri-llan-te. Ella super rocker, punk, mega punk. Me abracé a esa actitud pero no sentía que copiaba nada como sí en otros momentos, me sentía identificada completamente. Ibas a lugares donde ella conocía gente y éramos locales en los tres o cuatro lugares que frecuentábamos. No hablaba con nadie. No tenía ganas. Realmente me importaba muy poco estar sola bailando o mirando a la gente bailar con un trago en la mano y un pucho en la otra. Salía del lugar, caminaba a la parada del bondi y volvía a casa a esperar el partido de Argentina en el mundial... no sé. No tenía preocupaciones profundas. Qué me pongo esta noche y si me llamarían de algún otro lado para hacer freelos. Esas eran mis preocupaciones. Pero... ropa tenía un montón y el laburo siempre llegó.

Toda esa etapa, en conjunto y combinada con mi vida entera me dejaron acá. Antes no me perdía ninguna novela. Después las novelas y revistas de minas me parecían lo menos, lo obvio, lo que la sociedad esperaba que hiciera y por eso añoraba lo contrario y ahora, y ahora? Ahora las dos cosas, ahora todas las cosas: revistas, novelas, curso de maquillaje, solidaridad, ver videos de cachorritos tiernos y llorar, leer el texto de una madre a un hijo y llorar. Antes no lloraba con nada. Ni cine ni gente. No lloraba, no sé. A menos que fuese una situación personal muy particular. Pero no lloraba con películas y esas cosas. Ahora? Ahora desastre total. Lloro por CUALQUIER COSA literal. Cualquier cosa.

De éstos tengo varios ejemplos. Y es que lo siguiente fue preguntarme "qué me pasó?"
Bueno, me pasó la vida. Lo que le pasa a todo el mundo. Las decepciones, las despedidas de personas queridas, de todo, pero como a todo el mundo. Y aún así, me di cuenta que no fue eso lo que me dejó así.

Recuerdo que de mas joven me decían que tenía que ser más tonta. Ahora lo entiendo. Es mejor. No ser tonta pero sí, entregarle al cerebro ese momento que irradia boludez; que se tira de bomba en la pileta de la pelotudez absoluta y me descansa todas las neuronas y no tengo que decir o analizar nada, o sea: candy crush; o sea, revistas femeninas; o sea, novelas; o sea, certámenes televisivos de baile, o sea Tinelli o quién sea que me haga olvidar de quien soy y me inspire a decir que esa mina tiene la misma edad que yo y mirá cómo esta, tengo que volver al ejercicio ya.  O sea, aprender a no intelectualizarlo todo porque sino soy una mediocre. Mediocre soy igual, solo que ahora más feliz.

Lo que decidí es hacer un curso por año DE LO QUE SEA. Y subir un post después de 8 meses que sea una verdadera pelotudez totalmente femenina, porque lo que me dejó así fue la victoria indiscutida de LAS HORMONASSSSSSSSS DE MI CUERPO FEMENINO. Besitos para todos!


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